La pandemia profundizó la pobreza

La pandemia profundizó la pobreza

El Indec confirmó lo que las consultoras habían difundido la semana pasada. Una familia necesitó 44.521 pesos para no ser pobre en julio.

 

Finalmente el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos confirmó los datos de pobreza del mes de julio, y reveló el aumento de la canasta básica. Con una suba de 1,6 por ciento, el dato confirma que una familia necesitó 44.521 pesos para no ser pobre.

El registro marca que además de las alimenticias ahora se sumó la pandemia a la situación de dejar a más trabajadores y trabajadoras argentinas bajo la línea de la pobreza, ya que sus aumentos constantes, elevaron el valor de la canasta básica.

Es que a pesar que las empresas alimenticias subieron precios durante todo el primer semestre por encima del promedio inflacionario acumulado de los primeros seis meses, siguieron aumentando en el segundo semestre.

Así lo reflejan los datos del Indec de esta semana, y confirmaron la tendencia ascendente de los aumentos de precios y la avaricia e indolencia social de la patronal del sector, representada por la Coordinadora de Empresas Alimenticias (Copal).

 

Julio confirma la tendencia

 

Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) la suba de julio se ubicó tres décimas por debajo del 2,2% que había registrado en junio, pero confirmó que el valor siguió subiendo tal como lo venía haciendo con anterioridad.

Así, el aumento inflacionario sostuvo un aumento de precios que volvió a impactar en la canasta básica alimentaria, y volvió a dejar mas argentinos por debajo de la línea de la pobreza.

El dato confirma que las canastas que definen el mínimo consumo necesario para no estar en condición de pobreza e indigencia avanzaron en julio un 1,6 por ciento en relación al mes previo, informó el Indec.

En el caso de la canasta alimentaria que establece la línea de indigencia, se ubicó en 5.929 pesos para un adulto, lo cual supone un crecimiento del 43,4 por ciento en la comparación interanual, ya que en julio de 2019 ese valor se ubicaba en 4134 pesos.

En tanto, la canasta básica total, utilizada para medir la línea de pobreza, subió a 14.408 pesos para un adulto el mes pasado, cuando hace un año era de 10.335 pesos (un avance anual del 39,4 por ciento).

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La pandemia, complicó la situación

 

El último dato oficial de pobreza e indigencia corresponde al segundo semestre del año pasado, es decir, antes de la pandemia del coronavirus. En ese momento, el Indec calculó que el 35,5 por ciento de las personas que habitan la Argentina estaban en situación de pobreza.

canasta básica
El INDEC dio a conocer la inflación de julio.

 

Mientras tanto, la indigencia afectaba al 8 por ciento de las personas que volvieron a verse afectadas por las subas de precios de los productos de consumo masivo, a manos de las gigantes alimenticias del país.

Sin embargo, la pandemia empeoró los números de pobreza e indigencia. El retroceso agravó la situación de la alta inflación en alimentos, que fue el motivo preponderante en los últimos años.

Así, al constante incremento de los precios de alimentos, se sumó el parate de la actividad económica, que afectó especialmente a los trabajadores no registrados con la paralización de las changas.

 

Un dato internacional

 

Un dato que puede presagiar la evolución de pobreza e indigencia es el que publicó hace dos semanas Unicef. Esa entidad calculó que la pobreza infantil se ubicaría para fines de año en el 62,9 por ciento, es decir, diez puntos porcentuales por encima del dato de fines de 2019.

Si el mismo aumento relativo se aplicara sobre la pobreza total, el número superaría el 40 por ciento de la población. Este dato tiene su antecedente en el constante aumento de precios que las alimenticias llevaron adelante durante años anteriores.

Por lo pronto, el Indec midió una suba mensual de las canastas de pobreza e indigencia del orden del 1,6 por ciento, lo cual está por debajo de la inflación global de julio, que fue del 1,9 por ciento.

 

Controles al precio de los alimentos

 

La menor suba de las canastas en relación al promedio de la economía se explica por el impacto de los controles de precios en alimentos y otros bienes básicos y por el congelamiento de los servicios públicos.

Es que en la comparación interanual, la canasta de pobreza acumula una suba del 39,4 por ciento y la de indigencia, del 43,4 por ciento. El valor de inflación total en la economía se ubica en el medio de ambas canastas: es del 42,4 por ciento.

Así, en un hogar de cuatro integrantes (dos mayores y dos menores), la canasta de pobreza se ubica en 44.521 pesos y hace un año estaba en 31.934 pesos. El dato marca que los trabajadores y trabajadoras han venido padeciendo las subas en alimentos.

En el caso de la canasta de indigencia para el mismo hogar, actualmente es de 18.322 pesos, mientras que en julio de 2019 era de 12.773 pesos, por lo que esta cifra también prosigue el mismo indicador.

 

Siempre afecta los mismos

 

Lo particular es que por primera vez las alimenticias no se vieron implicadas en una nueva suba de la canasta alimentaria y en empujar a un número alto de trabajadores a la pobreza y la indigencia.

Sin embargo, antes que celebrar esa situación, marca que se trata de la excepción que confirma la regla, y es que durante los últimos años las alimenticias fueron las responsables de los aumentos constantes y ante cualquier contexto.

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